"y os icé sobre alas de águilas y os traje hacia mí"
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Tamuz 5764, Parashát Balák, desde JerusalemEdición dedicada a la claridad en armonía y bendición para Miriam bat-Mashah, y a la realización en luz de verdad y felicidad para Iehudít bat-Tsviah |
![]() | Editorial: Cuanto más dura la prueba, más cerca estás | El Beit-Midrásh Virtual | Aprendimos en la Guemará | El valor del recato para el Shalóm en Israel | Las Tres etapas de la Conquista (y el arte de la defensa) | Las señas de la mentira; la transparencia de la verdad | De los malvados saldrá el mal |Ediciones Anteriores | Ingresa directamente a nuestro Beit-Midrásh Online | Colabora con nosotros |Escríbenos tus comentarios, preguntas y propuestas | |
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![]() CUANTO MAS DURA LA PRUEBA, MAS CERCA ESTAS Queridos amigos: ![]() "El camino que el hombre elige recorrer, hacia él lo guían", nos enseña la Guemará en el Tratado de Macót. Uno elige el bien y la verdad, y el Creador, a través de los ángeles a cargo, devela y facilita el camino a su paso. En el medio, hay todo tipo de mojones y obstáculos a superar: las fuerzas del mal son enviadas al encuentro de quien desea verdad y bien; llegan para probarle, para hacerle fuerte, para obligarle a desarrollar habilidades con las que enfrentar exitosamente las próximas etapas del camino. Si uno se deja tentar y seducir por el mal que sale a su paso, y cae, siempre podrá volver; pero las pruebas no superadas se editan a sí mismas una y otra vez hasta que nos volvemos capaces de pasarlas aún a regañadientes, ya por amor o por temor, y seguimos adelante. Y al final del camino, sólo al final de cada tramo del camino, todo cobra maravilloso sentido. Simétricamente, lo mismo sucede a quien -líbrenos el Creador- elige el mal, la mentira, las sombras mezquinas del mundo para su vida. Dada su elección, las puertas de lo oscuro se abren a su paso y le seducen con las inmediateces lujuriosas del camino. Mas de tanto en tanto, un mojón, una oportunidad: espada flamígera en mano, un ángel se interpone en su camino y le invita a volver atrás, a salirse, a elegir otra vez y optar por el bien y la verdad. Tal se le ofrece en nuestra parasháh a Bil'ám, el gran profeta y mago negro de los pueblos idólatras. Es llamado por Balák, rey de Moáb, que ha heredado de su abuelo Itró (el suegro de Moshéh, y antes de su conversión a la Toráh, gran sacerdote de los cultos idólatras) el arte de la brujería. Mas la brujería de Balák no basta para la misión que exige emprender: hay que frenar, expulsar, terminar con el pueblo de Israel. Y el poderoso rey manda llamar a Bil'ám con el pedido: "maldícelos para mí", y entonces serán malditos. En primera instancia, Hashém le impide aceptar: "no los maldecirás, porque son un pueblo bendito". Bil'ám se empecina; su orgullo lo llama a cumplir la "importante" misión; y dada su elección, Hashém le insta a emprender el viaje, aunque le advierte: "sólo lo que yo te diga, harás". A lo largo del viaje, por tres veces se le ofrece revertir su propósito de mal, arrepentirse, "convertirse" al bien, y por tres veces, cegado por el odio y el orgullo, rehusa atender la advertencia. Hasta que, en el momento cúlmine, pretende maldecir a Israel, y Hashém muda en bendición su maldición, para reafirmar el carácter sagrado y bendito de Israel. Pero también a Israel, tal carácter le exige una toma firme de partido: la sacralidad exige responsabilidad y celo a cada paso. La neutralización de las maldiciones de Bil'ám no habrá de ser gratuita sino que, antes bien, exigirá una reafirmación de lo sagrado. En su inmensa frustración, Bil'ám obsequia a Balák un último consejo: para vencer a Israel, hay que degradarlo, prostituirlo, exiliarlo de lo sagrado; y eso corromperá el cerco "mágico" que le protege. He aquí la prueba que debe superar Israel: en su camino del bien, la tentación del mal que le acecha. Cuando Balák envía al campamento de Israel a sus hermosas doncellas moabitas, desnudas, a tentar a los hijos de Israel, son éstos ahora los que no pueden pasar la prueba. La prostitución, en el idioma sagrado de la Toráh, no es tanto cosa de mujeres como de hombres. Es el hombre quien se prostituye al demandar la promiscuidad que se le ofrece. Y los hijos de Israel, desde la cima de sacralidad en que viven, con la verdad revelada ante sus ojos y el milagro signando la calidad de su pan de cada día, caen en masa en el pecado. ¿De quién habla nuestra parasháh? Enseñan nuestros sabios que los episodios que relata la Toráh tienen valor histórico literal, mas son a su vez paradigmáticos: reseñan arquetipos de conducta que se repiten en cada generación. Tras la manifestación Divina que convierte en bendición las maldiciones de Bil'ám, el pueblo de Israel tenía las puertas abiertas a una elevación inmensa, con la más elevada sabiduría propiciando su camino. Pero habían de pasar la prueba, resistir la tentación. Caer en la tentación no les "libera" de proseguir en el camino de la verdad que han elegido libremente al pie del monte Sinai; pero tiñe de sangre el costo de la nueva etapa. Veinticuatro mil muertos señalan el desvío y el horror, y llaman a la reflexión a las generaciones venideras. Ninguna acción, ninguna palabra ni aún pensamiento alguno, escapan al camino de quien opta libremente por el Bien y la Verdad. Enseñan nuestros sabios que, especialmente en épocas de oscuridad, incredulidad y "barullo inútil", mantenerse en el camino correcto requiere de un desempeño minucioso de las herramientas sagradas. Estudiar Toráh, sostener a quienes la estudian y la enseñan, afirmarse en el cumplimiento de las mitsvót, cuidar del lenguaje y de cada palabra que oímos y decimos; dedicar tiempo, esfuerzo y patrimonio al ejercicio del Bien, son las herramientas que habrán de tornarnos dignos de la mejor luz. Y entonces no sólo nuestras intenciones, sino también las vidas plenas que vivimos, serán buenas y verdaderas a ojos del Creador. Y cumpliendo nuestra misión vital, habremos sido ya estrategas y tácticos y soldados de la añorada y maravillosa Redención, que revelará sin duda el profundo y definitivo sentido de todo lo pasado. Sea voluntad de Hashém que sepamos verlo, comprenderlo, aprehenderlo, transmitirlo y convertirlo en motor de realidad. Con vosotros mis bendiciones, daniEl I. Ginerman editor@ieshivah.net | |
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EL BEIT-MIDRASH VIRTUAL DE IESHIVAH.NET CLASES DE ESTA SEMANA EN NUESTRO BEIT-MIDRASH ONLINE: * Domingo, 19:30 Israel: Ciclo "Toráh para vivir con ella" * Lunes, 19:30 Israel: "El Sendero de los Justos" * Miércoles, 19:30 Israel: Parashát HaShavúa (la sección semanal de la Toráh) Beezrat Hashém, y con vuestro apoyo, continuaremos poblando la agenda de la semana con nuevos y variados shiurím en todas las áreas de la Toráh. Entretanto, aprovecha algunas de las últimas grabaciones, que ya se encuentran a disposición: 1. Ciclo "Toráh para Vivir con ella". Clase # 01: "Ojos y Corazones" 2. Ciclo "Toráh para Vivir con ella". Clase # 02: "Alimentamos el Alma" 3. Ciclo "Toráh para Vivir con ella". Clase #03: "La palabra que te construye"4. Ciclo "Toráh para Vivir con ella". Clase #04: "La palabra que te destruye"5. Ciclo "Toráh para Vivir (...)". Clase #05: "Un punto de apoyo para mover tu mundo (I)" 6. Ciclo "Mesilát Iesharím" (El Sendero de los Justos) cap. X 7. Ciclo "Mesilát Iesharím" (El Sendero de los Justos) cap. XI 8. Ciclo "Mesilát Iesharím" (El Sendero de los Justos) cap. XII 9. Ciclo "Mesilát Iesharím" (El Sendero de los Justos) cap. XIII 10. Parashát HaShavúa: RealMedia Balák y MP3 Balák En el correr de los próximos días, inauguraremos con ayuda de D's el nuevo sitio web de Ieshivah.Net y BanaijTsion.com, con materiales de estudio y las grabaciones de todas las clases brindadas en nuestro Beit-Midrásh virtual. Entretanto, te invitamos a disfrutar las clases que tienen lugar casi cada día: en tiempo real, en audio y texto, clases de Toráh brindadas por los rabaním de Banáij Tsión desde Jerusalem. Sólo debes ingresar ahttp://www.beitmidrash.org/, dejar que tu computadora baje durante unos 5 segundos el software con que trabajamos (que se instala solo), poner tu nombre e ingresar. Si recibes un mensaje de error al intentarlo, por favor desinstala el software clickeando aquí, y vuelve a repetir el procedimiento inicial. Si aún te da algún error, hay varias soluciones posibles, todas muy sencillas, explicadas aquí. Materiales para las clases, anuncios, y consultas a los Rabaním, se canalizan a través del foro "Banaij Tsión", bajo el auspicio y los oficios de la Comunidad Judía de Murcia. Se encuentran en preparación tres nuevos ciclos: uno sobre iniciación al estudio de la Guemará; uno sobre la concepción del mundo y de la vida que cimentan la felicidad hebrea, y otro que, bajo el título "Netsór leshonjá meRá" ("prevén a tu lengua del mal"), trabajará sobre todos los aspectos relativos al cuidado de la lengua, y la verdadera incidencia y valor de cuanto hablamos en nuestra vida espiritual. | |
![]() PRESTO PARA EL BIEN Y LA BONDAD, LERDO PARA EL MAL Y LA SENTENCIA RIGUROSA ![]() Estudiamos en el Tratado de Berajót (Talmud Bablí), hoja 4b: Dijo Rabi Eliezer bar-Abina: Es grandioso lo que está escrito sobre Mijaél (el ángel regente sobre la misericordia), mucho más que lo que está escrito sobre Gabriel (el ángel regente sobre el rigor). Porque sobre Mijaél dice Isaías (VI,6) "Y voló hacia mí uno de los serafím", y entendemos: llegó el ángel hasta él de un sólo salto, porque la misericordia y la piedad cumplen su cometido de inmediato. Y sobre Gabriel está escrito (Daniel IX,21) "Y el hombre Gabriel al que vi en una visión al principio, en un vuelo voló": aparece duplicado el verbo "volar", para indicar que llegó en dos saltos con una parada en medio; porque el rigor no se ejecuta con celeridad, sino que aguarda a la posibilidad de que el hombre se arrepienta de sus malas acciones y sea sobreseído de su sentencia. El ángel de la muerte, por su parte, desde que recibe la orden de actuar, se desplaza por medio de ocho saltos, con nueve paradas intermedias; para dar oportunidad al hombre de hacer Teshuváh y ser sobreseído de la sentencia. Y en el momento de la peste y la epidemia, cuando el rigor del Creador se extiende sobre sus creaturas y ya no ha lugar al sobreseimiento ni al perdón, el rigor actúa bajo presión extrema, y se desplaza ¡de un único salto! | |
![]() Queridas lectoras: En nuestra parasháh, Balák, somos testigos del intento de Bilám -brujo y profeta de los pueblos del mundo- y de Balák rey de Moáb, de dañar y torcer el destino del pueblo de Israel por medio de maldecirle. Este intento viene a continuación del triunfo de Moshéh e Israel en las guerras que emprendieran contra ellos Sijón y Og, reyes con gran poderío; y a continuación de la conquista de sus tierras por parte del pueblo de Israel, que transita por el desierto camino a su hogar. Balák, rey de Moáb, observa la suerte corrida por Sijón y Og, y teme por su propio destino. Tras comprender que no podrá vencer a Israel por medios naturales (como lo habían intentado los dos reinos previos), lo intenta por la vía mágica: contrata a Bilám, un brujo conocido como alguien cuya bendición y cuya maldición surten verdadero efecto. Bilám fue, entonces, contratado para maldecir a Israel. No obstante, para desazón y contrariedad de Balák, Hashém revierte su intento, y pone bendiciones en boca de Bilám. Bilám sale del intento humillado y cabizbajo; con el objeto de recuperar su dignidad ante Balák, le aconseja un medio para dañar y destruir al pueblo de Israel. ¿Y cuál es su consejo? Bilám sugiere a Balák que envíe doncellas jóvenes y hermosas, a pasearse desnudas en el campamento de Israel. Estas doncellas tentarán a los hombres de Israel, que se contaminarán de prostitución con ellas. Y por este medio, se romperá el muro de defensa, de índole espiritual, que torna invencible a Israel. Desde el momento en que Hashém abomina de la promiscuidad, el modo de destruir al pueblo de Israel y quitar de él la protección del Creador, es despeñarlo por el barranco de la lujuria sexual. Lo primero que vemos, en el campamento de Israel, al observar este episodio, es hasta qué punto se cuidaba el pueblo de Israel de que no hubiera promiscuidad en su campamento: para hacerles pecar había que invadir el campamento con mujeres ajenas, de Moáb; porque las hijas de Israel eran puras y pudorosas, y cuidaban de que sus hombres se mantuvieran en el camino del bien. Es que el pudor es preservación, es la fuerza de cohesión y preservación de la familia judía, y del pueblo judío todo. ¿Cómo se explica ello? Todo lo que se halla al descubierto se encuentra a merced de la crítica y aún de la humillación por parte del otro. De este modo, lo que se encuentra al descubierto pierde su carácter especial, que se anula en la generalidad, en la confusión de lo igual, y se dispersa. El recato es la actitud que cuida de descubrir, de tornar visible al exterior, sólo aquéllo que participa naturalmente de dicho exterior, de lo colectivo: el vestido, el rostro, con que nos mostramos a ojos de los demás en tanto participamos de la realidad colectiva. Por vía del mismo razonamiento, cuanto no ha de participar de nuestra comunicación exterior, es ocultado a instancias del pudor. Y de este modo, resguardamos el carácter especial, íntimo y reservado de cuanto sólo a nuestra privacidad pertenece. Es por ello que es imprescindible el pudor en la construcción de un hogar: porque el pudor representa un muro de defensa del hogar, respecto del exterior. El tema del recato en la mujer parece, a muchas de nosotras, un asunto que contradice el carácter de la vida moderna y del progreso. Tendemos a creer que solamente se evidenciará nuestro carácter especial y único, si nos desnudamos a ojos de los demás. Una mujer que se viste de modo tal que revela su cuerpo a los ojos ajenos, busca exhibir su belleza, su singularidad; y tiende a creer que el pudor anulará tal impresión que provoca. Mas, a partir de lo que acabamos de exponer, sucede que.... ¡es exactamente al revés! El Creador dotó a cada persona y a cada creatura de una forma especial y distinta, de modo tal que cada individuo es único, y no es intercambiable por ningún otro en el mundo. No obstante, la tendencia general en la naturaleza es que el colectivo se opone a la singularidad del individuo, razón por la cual, cada creatura dispone de sus propios mecanismos de defensa para evitar disolverse en la "masa global". Estos mecanismos son fácilmente observables, por ejemplo, en los animales. En la especie humana, y más específicamente en la mujer, el principal mecanismo de defensa radica en la preservación de su intimidad, y en particular, de la privacidad de su vida marital. Cuando las características de la vida marital se encuentran al descubierto, cuando cualquier información relacionada con la sexualidad en la pareja se torna de dominio público, el vínculo marital pierde su fuerza y su valor, y se hallan en peligro constante ante la incapacidad de defender la intimidad invadida por el "afuera". Y ello trae consigo la destrucción del hogar. Las partes del cuerpo femenino que el pudor indica cubrir, se relacionan exclusivamente con la intimidad marital y de ningún modo con la vida en el colectivo social. Y en el momento en que se tornan de dominio público, la mujer se convierte en objeto al que es posible desafiar, humillar y despreciar. Justamente, la mujer que se exhibe, anula al hacerlo su carácter especial y su singularidad. No es distinta de otros millones de mujeres, y no es especial respecto de ellas en absoluto. Una mujer que pone atención a su pudor, y no revela públicamente su intimidad, preserva de ese modo la singularidad de su belleza: es preciada y especial a ojos de su marido, y halla en su especial cariño y devoción la mejor recompensa. Bilám intentó maldecir al pueblo de Israel. Mas no pudo sino bendecirles, al momento de ver el ordenamiento de las tiendas en el campamento de Israel. Las tiendas estaban organizadas de modo tal que nunca sus puertas resultaban enfrentadas, y desde ninguna tienda resultaba visible el acontecer interior de su vecina. De este modo, la privacidad y el pudor eran preservados de modo tan completo que no había modo de hacerles mella. El pudor es un escudo de defensa para todo el pueblo de Israel, y como tal, comienza en la mujer: en su vestido, en su palabra y en su modo de conducirse. A través de su ejercicio del pudor, influye la mujer sobre todos los miembros del hogar estimulándoles a guardar recato; y así, cada hogar cuida y guarda su carácter especial y su privacidad, y nadie se entromete en la intimidad de su prójimo, y el Shalóm, la paz que emerge de la plenitud, se preserva y crece. Y como es sabido, cuando el Shalóm reina entre el hombre y su prójimo, la bendición recae sobre todo, y nada puede remover los firmes cimientos del hogar. Sea voluntad del Creador que merezcamos el Shalóm reinando en nuestros hogares y en nuestra tierra, y que por consiguiente nada ni nadie nos pueda dañar, tal como ni Bilám ni todos los pueblos enemigos pudieron hacer mella en Israel durante su tránsito por el desierto. | |
![]() "Las artimañas del Instinto de Mal" LAS TRES ETAPAS DE LA CONQUISTA (Y EL ARTE DE LA DEFENSA) por Rav Natan ben-Jaím por Rav Natan ben-Jaím 1. "Y vio la mula al ángel de Hashém.... y se desvió la mula del camino y caminó por el campo" 2. "Y se paró el ángel de Hashém en el sendero de los viñedos, y había cerco a sus ambos lados" 3. "Y volvió el ángel y se detuvo en medio del camino estrecho, donde no había modo de esquivarle ni por la derecha ni por la izquierda" Tres veces se interpuso el ángel en el camino de Bilám, que se dirigía hacia el mal. Y de estas tres apariciones, nos enseña el Rav Erentroi en su libro "Lekaj Tov" los tres pasos a cuyo través se enrieda el hombre en las redes de la profanación y la transgresión, hasta que, atrapado por completo, pierde su libre albedrío. Al principio, uno camina con libertad: es ancho el camino del mal. Y pareciera que a la tentación se la puede esquivar, ya por izquierda o por derecha, e incluso es posible aún retroceder. Tal era la situación de Bilám en su camino, rumbo a maldecir a Israel. El ángel se interpuso, y bastó a su mula eludirle, salir del sendero y continuar un tramo por el campo. Si uno se empecina en continuar por el sendero del mal, si uno se resiste a aprovechar la relativa comodidad con que puede eludir aún el mal destino con sólo salirse del camino y tomar la ruta del campo, el sendero comienza a hacerse más y más estrecho, hasta que se le descubre de pronto cercado a ambos lados. Allí se paró el ángel otra vez, y el camino, aún cercado, era ancho; y era posible aún retroceder. Mas no tomó Bilám la opción, y prefirió seguir adelante. El tercer mojón del camino se encuentra donde ya el sendero es angosto, y está cercado, y sólo con violencia es posible seguir adelante rumbo hacia donde el instinto de mal nos llama. En cada mojón, has tenido la oportunidad de retroceder; cada vez, se te ha instado a hacerlo poniendo trabas a tu paso. Si llegado este último mojón optas por seguir adelante, habrás perdido las defensas, con ellas el albedrío, y te verás instalado en el reino del pecado y el mal. Bilám no atiende al ángel ninguna de las tres veces que éste se interpone en su camino. Se deja convencer por la tentación del mal y sigue adelante, cayendo más hondo cada vez, hasta llegar a matar a golpes a su asno que percibe la presencia que él no puede ver. De modo similar, hay quienes se encolerizan contra quienes les aman e intentan salvarles del mal, hasta desear disponer de las armas necesarias para matarles. Porque una vez que se ha ingresado profundamente al sendero del mal, ya no puede uno salir por sí mismo. La meditación acerca de estas tres etapas del ingreso del "ietser hará", el instinto de mal, en nuestras vidas, nos ayuda a prevenir e identificar los síntomas a tiempo, para retornar y retomar nuestro verdadero camino. Hay un versículo del libro de ShmuEl (Samuel) en que se compara al instinto del mal -al inicio de su proceso de conquista- con alguien que pasa casualmente frente a nosotros. En la segunda etapa, se comporta a semejanza de un huésped de nuestro hogar: aún es posible expulsarle y cerrar tras él todas nuestras puertas. Mas si no se le expulsa, se siente verdadero huésped y exige se le sirva como a tal. En la etapa siguiente, por fin, si aún está aferrado a nosotros, se convierte en dueño de casa: al antiguo dueño le toca hacer de esclavo, y la liberación no ocurrirá ya de modo natural. Valgan estas prevenciones para diseñar nuestras defensas: es el estudio y la práctica de la Toráh, del mapa de la verdad, lo que nos defenderá del engaño a que nos someten los instintos, y nos convertirá en hombres libres, capaces de crecer y aproximarnos cada día al propósito de la Creación. ![]() | |
![]() por Rav Lior Iasúr En nuestra parasháh, Balák envía mensajeros a Bilám para solicitarle que maldiga al pueblo de Israel. Al enfrentar este tema, es importante comprender quién es este hombre llamado "Bilám", que tiene capacidad de maldecir a Israel. La guemará nos cuenta que el Creador concedió a Bilám poderes proféticos, para que los pueblos del mundo no puedan argumentar ante El: "¿Qué mérito tiene que el pueblo de Israel actúen de modo correcto a Tu juicio, si les diste a Moshéh por profeta?". Una vez que les concedió a Bilám, cuyo escalafón es equivalente al de Moshéh, dicho argumento deja de ser válido. En el libro Devarím (Deuteronomio), en la parasháh Shoftím, dice Moshéh: "Un profeta de tus proximidades, de tus hermanos, como yo, erigirá para tí Hashém tu Elokim: a él atenderéis". De esta cita se explica que un verdadero profeta para el pueblo de Israel es, desde un inicio, de "su proximidad", del propio pueblo. Y dice: "como yo". Como Moshéh. El "Baal HaTurim" explica que "camoni" ("como yo") tiene el mismo valor numérico en hebreo que "anáv" (modesto y recatado), que es la cualidad más destacada de Moshéh. De ahí que un verdadero profeta para Israel haya de pertenecer al propio pueblo, y ser "anáv" como Moshéh. Bilám, por su parte, es todo lo contrario. No pertenece a pueblo alguno, y es pedante y orgulloso. Por otra parte, su propio nombre insinúa su carácter apátrida: "Bil-ám" significa, también, "sin pueblo". Y alguien con tales características, sin pertenencia alguna y lleno de sí mismo, no puede ser profeta sino de la mentira, contra quien habrá de volverse la Verdad. | |
![]() por Rav David Meir Escuché del Rav Azriel Tauber shlit"a un relato acerca de un sabio judío, de los descendientes del "Jatám Sofér", que además de ocupar el cargo de rabino en su comunidad, fue convocado a integrar el Parlamento del país en que vivían. Y alguien en el Parlamento le preguntó cómo es que sabía qué votar y opinar en cada tema que se sometía a debate en el Parlamento, siendo que estaba tan ocupado siempre en la Toráh y en las necesidades espirituales de su comunidad, y siendo que formarse opinión en cada tema demandaba leer un gran volumen de documentos y materiales de referencia.... Y le respondió el rabino que la Toráh nos enseña: "de los malvados, saldrá mal". Y había en el Parlamento un judío apóstata, que invertía mucho en prepararse y formarse opinión para cada debate y cada votación. De modo que, como del mal (y por ende, de la apostasía), sólo mal puede salir, y el contrario del mal es lo justo y correcto, al rabino le bastaba con saber qué votaría el apóstata y qué opinaría, para opinar y votar lo opuesto. En nuestra parasháh, Bilám, profeta de los pueblos idólatras, intenta maldecir a Israel por encargo de Balák, mas Hashém pone en su boca bendiciones. Aún así, nos enseñan nuestros sabios en el Tratado de Sanhedrín (Talmud de Babilonia) que, por el principio de que sólo mal puede provenir de los malvados, las bendiciones de Bilám.... ¡se convirtieron en maldición! Aún en Sanhedrín, nos enseñan nuestros sabios que sólo dos de las bendiciones de Bilám mantuvieron su carácter de bien, escapando al principio que estudiamos: "Cuán buenas tus tiendas Iaakóv, y tus moradas Israel". "Tus tiendas" refiere a los batéi-midrásh, los sitios en que se dedica el pueblo a estudiar la Toráh; y "tus moradas", son los batéi-knéset, las sinagogas, en que se traduce en plegaria la Toráh que cada uno lleva dentro. Aprendemos de estas excepciones que hay dos realidades en este mundo, dos ámbitos de acción que ofrecen bendición para todo quien ingresa en ellos con el alma plena, con vocación de verdad, con deseo de acercarse al Creador. Que todo quien dedica su vida al estudio y la práctica de la Toráh, o que sostiene a quienes así lo hacen, halla bendición de Hashém para su esfuerzo. |
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